COMENTARIO EVANGELIO TERCER DOMINGO DE ADVIENTO. 17 DE DICIEMBRE. Jn 1, 6-8. 19-28

COMENTARIO EVANGELIO TERCER DOMINGO DE ADVIENTO. Jn 1, 6-8. 19-28

Una voz que grita en el desierto: ¡Abrid un camino recto para el Señor!


El Evangelio de hoy sigue hablando de Juan Bautista y sigue destacando una dimensión muy importante de su vida: la humildad. El pasado Domingo, Marcos nos presentaba a Juan vestido con ropa de pelo de camello y alimentándose de langostas y miel del monte. Ahora, el evangelista destaca que Juan no era la luz, sólo venía a dar testimonio. Y lo dice en dos ocasiones, nada más empezar el relato. Esto es un buen indicador de la actitud humilde del Bautista. Y es que Juan anuncia la llegada del Mesías, es “una voz que grita en el desierto”, sólo la voz porque la Luz es Jesús. ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas voces, hoy en día, gritan en el desierto del egoísmo, la mentira, el orgullo y la hipocresía? ¿Y os habéis preguntado alguna vez cuántas respuestas coherentes se dan? Las voces en el desierto, supongo que pensaréis que son muchas. ¿Y las respuestas? ¿Son transparentes? ¿Son coherentes? No os lo sabría decir… ¿Sabéis qué pienso? Que cuando oímos una voz que grita en el desierto a menudo empiezan a salir de la nada sacerdotes, levitas y fariseos que te interrogan para hacerte retroceder. Es como el anuncio de los Donettes que, cuando los sacas, te salen “amigos” por todas partes… Sí, los “amigos” (fariseos y levitas) que dejaron tirado a aquel hombre apaleado que bajaba de Jerusalén a Jericó (Lc 10,25-37). Aquí creo que lo que ocurre es que cuando alguien se da cuenta de lo esencial y lo intenta dar a conocer, con humildad, los mecanismos del “yo-me-mi-conmigo” entran en juego. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué a algunas personas les incomoda escuchar las voces en el desierto? Pues porque estas voces van en contra del "yo-me-mi-conmigo" y a favor del "se-su-con él". Puro egocentrismo. Juan era todo lo contrario al egoísmo. ¡Claro! ¡Estaba preparando el camino del Señor! El Mesías no puede andar en medio del egoísmo, la envidia, la mentira, la oscuridad y las falsas apariencias. Sin embargo, todavía hay personas que se empeñan en hacerle andar por caminos de barro…

Es típico de los fariseos hacer este tipo de preguntas: ¿eres el Mesías? ¿Eres Elías? ¿Eres el profeta? ¿Eres quien manda? ¿Quizás son tan insistentes porque quieren saber a “quiénes deben hacer la pelota”?. A menudo, es más fácil subir de categoría así, ¿verdad? ¡Qué manía con el poder! Es que algunos no se despegan del poder ni con agua caliente!!! ¡Ni a Jesús le reconocieron su autoridad en su momento! Estos fariseos (los de todos los tiempos) aspiran a lo más alto, pero hay que recordar que Jesús no busca los top de la sociedad (pensemos en los Doce… pescadores, recaudadores de impuestos, zelotas…). No sabría decir cuándo se ha olvidado este dato…

Termina el evangelista afirmando que entre vosotros hay uno que no conocéis. La pregunta que deberíamos hacernos es clara: después de 2000 años, ¿todavía seguimos identificando a Jesús sólo con los sacerdotes y los levitas? ¿Es que todavía no le conocemos? También se nos han olvidado las bienaventuranzas, ¿o qué? Recordemos que quien demostró misericordia en la conocida parábola fue el samaritano, no el sacerdote ni el levita… ¡¡¡Un samaritano!!! Cómo puede ser!!! Qué pena, Señor, que después de la claridad de tu mensaje, nuestro nivel de aprendizaje y de competencia sea tan patético… Nos queda perseverar mientras miramos el partido y cruzar los dedos…

¡Quien tenga oídos, oiga!


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